Creo que sería buena idea dar un paso atrás y empezar por introducir el acrónimo HVAC. Responde a las siglas en inglés de Heating, Ventilation and Air Conditioning (Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado), y detrás de estas siglas se esconde el sistema que engloba al conjunto de dispositivos que garantizan el aseguramiento de unas condiciones térmicas y de ventilación confortables.
Casi todos los edificios que conocemos en el siglo XXI cuentan con un sistema de climatización, o HVAC. Las alternativas y combinación de sistemas aceptables tanto por la normativa de cada país como por su viabilidad de implantación, son bastante amplias, tanto en eficiencia, como en complejidad. Lo que a día de hoy, ya no es tan común, es encontrar esa diversidad en sistemas de automatización y regulación.
Sin embargo, por Smart HVAC conocemos aquellas instalaciones que disponen de una solución que permite gestionar los dispositivos de climatización de manera integrada con el resto de servicios del edificio y de acuerdo a los objetivos que establezcamos. Por definición quizás no sea muy atractivo, revelador o deslumbrante, pero bajemos a dar ejemplos de funcionalidad.
• Conectividad de los equipos de producción, distribución y consumo que tengamos en la instalación. Esta conectividad, debería facilitar una plataforma accesible que permita su acceso tanto local como remoto, con las garantías de seguridad que requiera la criticidad del sistema. Accesible tanto por servicios como por empresas implicadas en el uso y explotación de la instalación.
• Utilizar la información en tiempo real del estado de los equipos y el consumo de la instalación para el análisis de patrones de comportamiento, la predicción y aumento de la tolerancia a fallos, o la modificación de conductas basadas en estos mismos y el principio de diseño de la instalación.
• Integración con el resto de sistemas internos que nos permitan conocer el grado de ocupación de la instalación, los horarios de trabajo, o los periodos estivales; o sistemas externos que ayuden en situaciones de emergencia (bomberos, policía, servicios sanitarios), proveedores de energía o sistemas de predicción meteorológica.
• Algoritmos de Inteligencia artificial que permitan una programación automática adecuada a los objetivos marcados (coste, confortabilidad) en base a todas las variables que hemos capturado, desde la inercia térmica, el diferencial térmico, el rendimiento de los sistemas o la predicción meteorológica.
Como veis, los smart HVAC nos abren un buen abanico de opciones para evolucionar en la eficiencia energética y operacional de nuestro edificio, así como en garantizar las condiciones de confort del mismo.
La revista Smart Buildings pone de manifiesto la penetración que estas soluciones están teniendo en el mercado americano (hablamos de Estados unidos) http://www.smartbuildingsmagazine.com/news/smart-hvac-on-the-up a todos los niveles, pero quizás de forma más acentuada en los edificios con una alta demanda energética y exposición al cliente, como cines, centros comerciales, polideportivos, hoteles,…
Un buen ejemplo cercano es la cadena de cines Kinepolis, que cuenta con una iniciativa estratégica de eficiencia energética (https://corporate.kinepolis.com/en/about-kinepolis/sustainability) entre la que han incluido la implantación de Smart HVAC (con la solución SANTRA™ de Nomia Energy) en España.
Saludos,