Si nos vamos a la propia definición de Sistema de Gestión Energética (SGE) nos refiere a lo siguiente:
Conjunto de elementos de una organización, interrelacionados o que interactúan, para establecer una política, unos objetivos energéticos y los medios para alcanzar dichos objetivos.
A menudo los sistemas de gestión nacen en el ámbito de la calidad y suelen venir respaldados por una norma, en este caso la ISO 50001:2011. Como toda norma de calidad, se basa en la mejora continua, o el famoso ciclo de Deming PDCA (Planificar-Ejecutar-Verificar-Actuar), orientado, a grandes rasgos, a implantar una dinámica en el sector industrial y terciario de medir el consumo energético y definir medidas para optimizar este consumo. En general una norma no suele entrar en el Cómo se define o implanta un sistema de estas características, pero sí en Qué es lo mínimo que tiene que tener el Sistema de Gestión Energética. En otro de los siguientes post entraremos en el detalle de la noma ISO 50001:2011.
Lo cierto es que desde un punto de vista práctico un sistema de gestión energética incluye todos los componentes involucrados en la planificación, medición, operación y suministro energético. Por hacerlo más tangible, todo aquello que suministra, distribuye, consume o mide energía, desde el equipo que la transforma hasta el software de control o relaciona los datos medidos.
Muchas veces se confunde un software de gestión energética con un sistema de gestión energética que en definitiva tiene una visión más global. Esta clase de software, y en definitiva el enfoque que le da la norma, no es más que un sistema que nos permita medir, analizar y comparar los consumos energéticos de nuestras instalaciones facilitando la toma de decisiones y como mecanismo de evaluación a las medidas que hemos ido tomando.
En torno al SGE aparecen en el mercado diferentes soluciones de Sofware de Gestión Energética, (en inglés, Energy Management System – EMS), con el propósito de facilitar la recogida de datos de forma automatizada y en tiempo real, para así poder almacenar y analizar la información. Estos sistemas no están pensados para la operación de instalaciones, únicamente para agregar la información y facilitar la toma de decisiones.
Es decir, ya sea por definición, o por la realidad que encontramos en el mercado, la implantación de un SGE, mejor dicho, de un software de gestión energética, no conlleva por sí mismo un ahorro o eficiencia energética ya que sólo nos está facilitando la medición. Es decir, nacen con el espíritu de medir…que no es poco. Ahora bien, la información es poder, facilitará identificar donde y cómo se está produciendo el gasto y por tanto tomar sus responsables de explotación tendrán más fácil tomar las medidas oportunas para mitigar el mismo. Al fin y al cabo sólo estas en el primer ciclo del ciclo PDCA que comentábamos antes, pero cuando identifiques que el gasto se produce por una mala planificación y uso del sistema…¿Cómo pretendes gestionarlo y, sobre todo, automatizarlo?
Os dejamos aquí, hasta el próximo día.
Saludos,
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