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¿Qué es un BMS?

Recapitulando sobre post anteriores, estamos bajando desde el concepto “smart building” a las diferentes soluciones que pueden implementarse para su consecución. El último día comentamos que es un Sistema de Gestión Energética (SGE) y cuál es su esencia, hoy vamos a contrastar qué entendemos por Sistema de Gestión de Edificios o BMS, siglas en inglés de Building Management System.
 
Un BMS es un sistema de control orientado a la gestión de los principales servicios del edificio, es decir a la iluminación, la calidad del aire, el confort térmico, la seguridad física, el transporte, aguas residuales o sanitarias, etc. Su objetivo básico es gestionar de forma automatizada todos los componentes individuales que conforman cada uno de estos servicios, así como el análisis de comportamiento del servicio con el fin de mejorar la eficiencia operacional y energética.

Dicho de otra manera, usualmente nos encontraremos con uno o varios controladores lógicos programables junto con elementos de medición y actuación, y con la inteligencia suficiente para llevar a cabo actuaciones de forma autónoma en otros equipos en función de las variables que estemos midiendo (temperatura, CO2, tiempo, energía, luminosidad,…) todo ello con capacidad de interconexión entre equipos o con la red.

Por su naturaleza ligada al fabricante, durante mucho tiempo ha sido una práctica habitual implantar un BMS por cada uno de los principales servicios, pero la evolución tecnológica y la estandarización de protocolos (BACnet, DALI, KNX, etc) está permitiendo la convergencia a un único sistema, además de importantes avances funcionales, así como un salto de calidad en usabilidad y accesibilidad.

A día de hoy un BMS debería aportar:
– Monitorización de condiciones y estado de la instalación
– Interfaz gráfica de Operación con el Sistema
– Gestión y Notificación de alarmas
– Acceso y Operación remota
– Diagnóstico de problemas
– Programación/Planificación
– Consumos Reales / Estimación de los Mismos
– Tendencias y patrones de comportamiento
– Protocolos de comunicación con la infraestructura
– Automatización de operaciones
– Algoritmos inteligentes
– Herramientas de análisis de la información

La implantación de soluciones de estas características tiene importantes beneficios:
– Reducción de costes de operación de la instalación
– Reducción de consumos energéticos
– Aumento del periodo vida útil de la instalación

Por contra, y todo hay que decirlo:
– Son sistemas que requieren una mayor inversión inicial
– Requieren de un diseño e implantación más costoso en recursos
– Requieren de mantenimiento o soporte técnico 

En este caso y para diferenciarlo de los sistemas de gestión energética que veíamos en nuestra última entrada, cuando hablamos de un BMS estamos refiriéndonos al sistema completo que gestiona uno o varios de los servicios de un edificio, permitiéndonos controlar de forma automatizada tanto el estado de los dispositivos que conforman el sistema como las condiciones de operación de la instalación en su conjunto. Recordad que cuando hablábamos de un SGE en realidad sólo lo estábamos orientados a medir y analizar el consumo energético. 

Después de esta simple comparación entre BMS y SGE, es fácil concluir que estamos ante sistemas de complejidad, funcionalidad y coste totalmente diferentes. Espero que esta breve entrada os pueda ayudar a saber que necesitáis .

!Buena semana a todos!

Nomia Energy

Gestión de Contenidos.

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